No voy a ser tan pretenciosa como para
pensar que soy capaz de describir lo que es Tokio en una simple entrada de
blog.
En realidad, tampoco se puede decir que
yo conozca bien Tokio, ya que sólo he estado 4 días, y una ciudad tan grande y tan
impresionante no se puede conocer en tan poco tiempo.
Así que os enseñaré un poquito de lo que
vi de esta ciudad... a la que me gustaría volver, si fuera posible.
Tokio fue casi totalmente destruida en la
II Guerra Mundial. Como la mayoría de sus edificios eran de madera, para causar más impacto se lanzaron bombas incendiarias, por lo que apenas quedó nada en pie, todo ardió (creo que la
destrucción alcanzó a más del 75% de la ciudad).
Así que se tuvo que reconstruir casi íntegramente al terminar la guerra.
(Esta es la vista desde la habitación del hotel).
Por ello, es una ciudad modernísima, aunque mantiene también sus rincones tradicionales.
Vamos a empezar por uno de ellos: el templo de Senso-ji, en el barrio de Asakusa, y sus calles adyacentes (la foto que encabeza la entrada pertenece también a este templo).
Parte del templo fue reconstruido tras la II Guerra Mundial, aunque aún se conservan algunas de las edificaciones originales.
Toda esta humareda que veis es incienso: los japoneses compran barritas de incienso, las queman en los lugares establecidos para ello, y a continuación llevan el humo a las partes del cuerpo que quieren purificar o mejorar, o que les duelen (debería de haber llevado el humo a mi espalda, jajaja)
Ésta es una de las puertas del templo...
Y esta es otra entrada, con su farolillo gigante de papel (esta foto es de una amiga, pero es que me encanta, por eso la comparto):
A la salida de este templo, nos encontraremos con la calle Nakamise ("Nakamise-no-dori"), una zona comercial llena de tiendecitas de recuerdos. La decoración de la calle cambia según la época del año: como nosotros fuimos en otoño, podéis ver que está decorada con hojas rojizas y amarillas.
La mayoría de las tiendas son de "souvenirs" más o menos curiosos, pero también hay tiendas que merecen la pena, como una de grabados y láminas llamada "Asakusa Sakaikokodo Yamafuji", que tiene auténticas maravillas, desde láminas más económicas hasta grabados antiguos muy caros, pasando por otros grabados de precio más asequible (yo me llevé dos). Su página web está en japonés, pero os dejo este enlace, en inglés (que, por regla general, lo hablamos más gente, jajaja).
Como no sólo de turismo y de consumo vive el hombre, vamos a comer algo. ¿Os gusta la tempura?.
Pues, si es así, no os perdáis un pequeño restaurante llamado "Sansada", que lleva preparando este plato desde 1837 (también se puede comprar para llevar). Es muy sencillo, y tiene muy poquitas mesas, pero merece realmente la pena. Está en una calle perpendicular a Nakamise, una avenida más ancha.
Su página web, para variar, estaba en japonés (ya os comenté que lo de hablar inglés allí es un pequeño problema, y ya español ni os cuento). Pero, posteriormente, han creado una versión en inglés, que podéis encontrar pinchando AQUÍ.
Para valientes: en esa misma zona hay un restaurante que sirve pez globo o "fugu". Es una exquisitez culinaria, por lo visto, pero tiene sus riesgos... mortales (si no me creéis, leed aquí). Y es caro, os aviso.
Yo no lo he probado, pero varios de mis amigos sí... aunque he de decir que se metieron en el restaurante por casualidad. Después, no las tenían todas consigo, jajaja. Pero todos sobrevivieron, afortunadamente 😜
Vamos a visitar otro templo, el Santuario Meiji, dedicado al emperador que lleva su mismo nombre, y a su esposa. También fue destruido en la II Guerra Mundial, y reconstruido con posterioridad.
Está situado en un bosque muy agradable para pasear.
En estos barriles se almacena el "sake" que se dona al templo.
Coincidimos, en este templo, con una boda sintoísta. Mirad qué curiosos son los trajes de todos, sacerdotes y participantes.
Y también encontramos niños con trajes tradicionales. Probablemente, tomando parte en alguna celebración.
Salimos de los templos, y nos vamos a los palacios.
Estos jardines rodean el palacio imperial de Japón, y al fondo podéis ver uno de los edificios que forman el complejo del palacio. La puerta de entrada está a la izquierda de la imagen, cruzando el puente.
Hasta hace poco, era prácticamente imposible acercarse más a este palacio, que es la residencia oficial de la familia imperial, salvo dos o tres días al año. Ahora sí se puede visitar (no entero), pero de manera restringida: hay unas listas a las que uno debe apuntarse, y hacer la reserva previa (si alguien tiene curiosidad, el enlace está aquí)
Vámonos ya al Tokio moderno. Y, si queremos apreciarlo desde lo alto, podemos hacerlo, y gratis, desde el edificio del Gobierno Metropolitano o Ayuntamiento de Tokio.
Éstas son las vistas desde su mirador. Está en la planta 45 de una de las torres, y tiene también una cafetería y una tienda de recuerdos.
Tampoco podemos dejar de hacer una visita al barrio de Ginza, con sus centros comerciales y sus tiendas de las mejores marcas.
O el famoso paso de peatones de la estación de Shibuya.
Uno de los pocos instantes en que no cruzan cientos de personas, jajaja (pero ya casi se nos venían encima).
Junto a la estación, hay una estatua de un perro. No sé si habréis visto la película "Hachiko", que cuenta la historia de un un perro que esperaba siempre en una estación de tren a que su dueño volviera del trabajo... pero un día, el dueño murió en su puesto de trabajo, y el perro siguió esperando su vuelta, durante años, hasta su muerte, Pues la estación es la de Shibuya, y en recuerdo y homenaje a la fidelidad de este perro, se levantó esta estatua.
Un lugar curioso, que merece la pena
visitar, es el mercado de pescado de Tsujiki.
Reconozco que, cuando un amigo
propuso la visita, yo estaba un poco escéptica (“¿qué puede haber de
interesante en un mercado de pescado?,” pensé). Pues me equivocaba: muchas
cosas.
Para empezar, creo que es muy
espectacular presenciar la subasta de los atunes, pero a esto no asistimos: hay
que llegar antes de las 5 de la mañana, y hay plazas limitadas (no hay que
olvidar que es un lugar de trabajo, y que tampoco se puede causar excesivas
molestias a las personas que están trabajando). Eso sí: es gratis.
Nosotros fuimos temprano, pero no tan
pronto. Así que sólo pudimos pasear entre los distntos puestos, y observar las
increíbles piezas de atún, que cortan y limpian con una habilidad pasmosa, los
pescados y mariscos fresquísimos…
…y lo que nadie debe dejar de hacer es
disfrutar de un sushi, sashimi, tataki… en cualquiera de los barecitos de
alrededor. La calidad y frescura del pescado, obviamente, es máxima.
Éste es uno de los sitios “punteros” de
sushi, por lo visto… pero hay que hacer cola, claro.
Está llenísimo, de turistas y de japoneses. Nosotros no entramos en éste, sino en otro más apartado, pero el "sashimi" y el tataki de atún eran espectaculares.
Fuera del mercado de pescado, encontramos
otro mercado de productos tradicionales, cuchillos, menaje del hogar, alimentos
secos…
… y especias y picantes de todo tipo.
No
tuve el “placer” de probar esta salsa: me gusta el picante, pero con
moderación, y esto debe de ser auténtico fuego.
Recomiendo también la visita a la bahía de Tokio (no, no me he cambiado de país, está la estatua de la Libertad, es una copia más pequeña).
Nosotros fuimos en metro (toda una experiencia, con sus "empujadores... yo soy de Madrid pero en mi vida había visto un metro tan lleno, jajaja), y después en tren.
Si os gusta la arquitectura moderna, disfrutaréis en la zona de Odaiba, en la bahía.
Una pequeña referencia al alojamiento. Nosotros nos alojamos en el Hotel New Otani, un impresionante complejo hotelero (el primer día, te pierdes), con excelentes restaurantes de todo tipo, tiendas... y con unos jardines japoneses maravillosos. Los jardines son antiguos: estaban allí mucho antes que el hotel, que ocupa el lugar de una antigua villa señorial.
Merece la pena dar un paseo por ellos.
Te sientes transportado a otra época.
Pero no podemos irnos sin volver, de nuevo, a la comida. Una experiencia que recomiendo a todo el que pueda probarla es la de comer en un restaurante "teppanyaki".
Si os es posible, probad la carne de Kobe, pero, si resulta demasiado caro, hay otras magníficas carnes que podéis pedir, o marisco, y también setas y verduras. Pero sólo el ver a los cocineros trabajar con los cuchillos es un espectáculo.
Son restaurantes con pocas plazas, con una barra circular o semicircular en la que se sitúan varias planchas, y en cada plancha trabaja un cocinero, atendiendo a dos o tres personas como mucho. Por eso suele ser difícil reservar, porque hay poco sitio... y por eso son caros. Pero de verdad que merece la pena.
Nosotros teníamos un restaurante "teppanyaki" en el hotel, que se llama "Sekishin-Tei", y que es buenísimo. También admite clientes no alojados en el hotel.
De este restaurante son las fotos. Todo altamente recomendable (eso sí, el precio no es precisamente económico, pero un día es un día).
Me dejo mucho en el tintero: los enormes centros comerciales dedicados a la electrónica, o los "maid cafés", o los barrios en los que los jóvenes se disfrazan los fines de semana, o...
Y tantos sitios que quedaron pendientes de visitar.
Pero es que es imposible, en tan poco tiempo, poder disfrutar de todo lo que nos ofrece Tokio. Así que no descarto volver, si puedo...
Con esa esperanza doy por terminadas mis "crónicas japonesas". Espero no haberos aburrido demasiado.
Tiene que ser una pasada. Muchas gracias por compartirlo, las fotos son preciosas. Un fuerte abrazo, Clara
ResponderEliminarQue cosas mas bonitas gracias por enseñarnolos besitos
ResponderEliminarPrecioso reportaje de Tokio, unas fotos magnificas.
ResponderEliminarBesitos guapa
Ha tenido que ser una experiencia muy bonita y aunque sea poco tiempo te haces una idea de su cultura. Me ha hecho gracia el bote de picante con la calavera golgando, jeje
ResponderEliminarBesos, guapa
que nos vas a aburrir por lo menos a mi me encantan los viajes y también me gustan los relatos de los viajeros se aprende mucho
ResponderEliminar¡¡besos¡¡
Jo, Marga qué envidia me das, jejeje... No sé si alguna vez podré ir a Japón, seguro que es alucinante, y no tanto por el sushi que no me gusta, sino por lo bonito que es todo lo que nos has enseñado. Son tan convencionales y extremadamente innovadores a la vez, que creo que no se le puede hacer competencia.
ResponderEliminarLo de los precios es otra cosa, creo que ya que te trasladas a un país así, lo de menos es el precio de la comida, hay que meterlo en el presupuesto antes de hacer el viaje, porque sería imperdonable venirse sin probar tanto bocado exquisito.
Lástima que hayas terminado tus crónicas niponas, porque a mí me han parecido alucinantes.
Besos
De aburrirnos nada de nada, más bien darnos muuuuucha envidia de lo más insana jajajajaajaja, me encanta todo, yo me pasaría el día comprando cosas, vendría con 5 maletas más de las que me lelvaría, es que me gusta todo, fotos, sacaría doscientas mil, jajajaja, es todo tannnn bonito, a ver, la parte moderna también me gusta, pero, esos templos y esos edificios antiguos son preciosos
ResponderEliminarLa estatua del perro me ha parecido maravillosa, a mi que he tenido perro, me ha encantado que se le haga ese homenaje
Un besazo
Qué bien empezar la semana viajando con vosotros a una ciudad tan distinta de las capitales Europeas!!! El metro debe de ser todo un tema, mira que en París tampoco estamos sólos en el metro pero en Pekín casi me muero así que tokio!!!
ResponderEliminarEl mercado de los pescados es una pasada, lo ví hace poco en un reportaje y con tu entrada me han dado ganas de ir allí porque seguro que sólo tokio da para un viaje!!!
Gracias por compartir este viaje!
Besos y feliz semana,
Palmira
De aburrirnos nada, han sido unos posts muy amenos.
ResponderEliminarPor lo que veo Tokio es una ciudad muy moderna, pero a la vez con espacios muy tradicionales.
La película del perro Hachiko la he visto un par de veces, es tan triste ver al perro que ni se mueve esperando la vuelta de su dueño, pero muy bonita.
Ha de ser una pasada estos restaurantes y la habilidad de sus cocineros.
Un viaje muy bonito, no me extraña que te quedes con ganas de repetir.
Besos.
Ya sabes que soy adicta a tus crónicas viajeras , me encanta leerte y ver las fotos.
ResponderEliminarHace poco estuvieron unos amigos nuestros ahí y vinieron encantados.
Yo de momento me conformaré con lo que me contáis jaja...qué le voy a hacerr...
Un abrazo guapa.
Maravillosas tus entradas de viajes..... Haces que viajemos desde el sillón. Muchas gracias!
ResponderEliminarAins aburrinos dices lo unico que me haces es dar una envidiaaaaaaa sanisimaaaaaaa de lo bien que lo pasa en los viajes que fotos tan bonitas y que de vivencias ,muchas gracias por compartirlo .
ResponderEliminarUnos tios de mi marido estuvieron 10 años viviendo en Japon (en no se si se escribe asi) yatsuyama y no me canso de escucharles cuando nos cuentan las cosas que vivieron alli yo tengo algunas cosas que me traian cada vez que venian entre ellas una muñeca con pelo autentico que tiene mas de 100 años y guardo como oro en paño no se si la has visto cuando publique el arror Nelba .
Como siempre es un placer venir a leerte y disfrutar con tu maravilloso post y fotos.
Bicos mil wapisimaaaaa.
ayyy que ilusión me ha hecho volver a ver otra entrada de Japón!! el viernes voy para allá, que nervios jeje. me alegra que lo pasaseis tan bien. un besito y voy a investigar a fondo las entraditas de japón si no t importa jeje
ResponderEliminarUna auténtica maravilla Marga, me encantaría ir, pero yo tampoco probaría esa salsa. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
ResponderEliminarMenudo viaje os habéis regalado, a mi me gustaría hacerlo algún dia porque es una cultura diferente, pero interesante de conocer. Lo habéis captado estupendamente con la cámara, un recuerdo inolvidable.
ResponderEliminarUn beso.
Me has hecho pasar un rato maravilloso, guiada de tu mano, por esos lugares de Tokio.
ResponderEliminarLa ciudad es impresionante, esa callejuela decorada con hojas de otoño y que se renueva en cada estación, no puede ser olvidada por ningún turista.
Pese a ser, en su mayoría una ciudad moderna, tiene un encanto especial, tus fotos me recuerdan a algo lejano muy propio de los cuentos y de historias fantásticas.
No quiero terminar sin antes decirte que estás guapísima en las fotos ¡cuánto me alegro de que hayas podido hacer tan maravilloso viaje!
Te dejo abrazos y cariños.
kasioles
Hola guapísima !!!
ResponderEliminarMarga, no tengo ni idea de como se me pasó esta entrada, con lo que sabes que disfruto con estas crónicas tuyas. Estoy esperando que llegue mi hija para enseñárselo, porque es un viaje con el que sueña y ojalá podamos hacerlo en un futuro.
Todo, absolutamente todo lo que nos has enseñado, me ha encantado. Desde la parte más moderna a la tradicional. Y desde luego, hasta sin gustarme el sushi, si algún día voy me lo pienso comer todo. La carne de Kobe, habla sola, madre mía esa grasita entre verada . . . para morirse.
Esos jardines son para encontrar la paz, vamos, que tienes que oir hasta en voz alta tus pensamientos jaja
En fin, mi niña, felicidades por el viaje y espero que puedas llevar a cabo muchos más y hacieno estas entradas que tanto disfruto.
Besotes gordos.
Precioso viaje y fotografías, qué bien te explicas,ganas tengo de un viaje tan bonito!! Besos
ResponderEliminarMuchísimas gracias. Si tienes oportunidad de ir, no te lo pierdas.
EliminarBesos.