Pastelitos de gambas ("Taud Man Goong")

Como ya os comenté, voy a ir intercalando recetas entre mis "crónicas viajeras", así no se os hará tan pesado ver tanta foto, jejeje.
Y, además, procuraré poneros recetas tailandesas. Porque, aunque ya había probado su gastronomía en España, la verdad es que la cocina de Tailandia nos ha encantado.
Me diréis que sí, pero que tiene el inconveniente del exceso de picante. Es posible, pero, salvo algunas recetas muy concretas, en general uno puede regular la cantidad de picante que añade a su plato; es decir, puedes preparar la receta con más o menos cantidad de picante, o puedes elegir salsas no demasiado "intensas" para combinar.
Sí que es cierto que ellos ya tienen asumido, como los mexicanos, el tema del "picor": no os esperéis, como en los restaurantes mexicanos o asiáticos de España, que en la carta os dibujen una o dos guindillitas al lado de los platos medianamente o terriblemente picantes, no... Para los tailandeses, es natural que pique, así que...¿para qué lo van a avisar, jajaja?.
Así que, si vais a Tailandia y no sois demasiado aficionados al picante, es conveniente que preguntéis a vuestro guía o a los camareros. Y, en general, aunque digan que "no pica", siempre hay un ligero regustillo "alegre", jejejeje (pero que no suele molestar).
Esta receta que os traigo hoy no pica, os lo aseguro... salvo que os apetezca aderezarla con una salsa picantita. Y quedan riquísimos los pastelitos.
Podéis hacer menos cantidad, con la mitad de los ingredientes.
Tuve un pequeño problema: no compré hojas de lima "kaffir" (la traducción exacta es "cafre", pero me suena regular, jajaja). Es una lima más basta, con poco o casi ningún zumo, y de la que se utilizan las hojas y la ralladura. Pero, tanto en el libro de cocina que compré como en Internet se indicaba que podían sustituirse por un chorrito de zumo de lima "normal", así que eso fue lo que hice. Si tenéis hojas secas, utilizadlas: serán menos aromáticas que las frescas, sí, pero quedarán bien también.
De todas formas, podéis comprar las hojas de lima kaffir por internet, o, si vivís en Barcelona, aquí (online no la tienen, pero en la tienda física, sí), y en Madrid dicen que también la hay aquí.). Aunque suelen ser hojas secas o congeladas...
Para comprarlas por internet, pinchad AQUÍ:

 INGREDIENTES (Para 4 personas):

600 gramos de gambas peladas
50 gramos de jamón de york o bacon
1 cucharadita de té de sal
½ cucharadita de té de azúcar o edulcorante
60 gramos de pan rallado (“panko” o japonés, y, si no lo tenéis, utilizad de los que no están muy finamente molidos, como el pan crujiente de Santa Rita u otras marcas)
Aceite vegetal (yo utilicé uno de oliva virgen suave)
2 hojas de lima kaffir (como no tenía, un chorrito de zumo de lima)

NOTA: Pueden hacerse también con cangrejo, cigala o langosta.

PREPARACIÓN:

Mezclamos con una batidora o robot las gambas (bien peladas y sin la venita negra) y el jamón o bacon, hasta que formen una pasta no muy fina (en Thermomix, 10 segundos a velocidad 6, y después comprobamos si todo está picado de manera uniforme).

Añadimos la sal, el azúcar, las hojas de lima kaffir muy picaditas o el zumo de lima, y la mitad del pan rallado...

...mezclamos bien...

... y cogemos bolitas de la masa para formar una especie de tortitas redondas y aplastadas.
Las rebozamos con el pan rallado.

Freímos las tortitas en abundante aceite bien caliente hasta que estén bien doraditas.
Las escurrimos en papel de cocina, y servimos calientes (aunque fríos también están ricos, el plato es caliente, jejeje), acompañadas de salsa agridulce o de soja (me gusta más la agridulce para este plato).

Espero que os guste. Y, la siguiente entrada, ¡más crónicas viajeras, jejeje!.