Huevos duros gratinados con bechamel y tomate

¿Habrá cosa más simple que un huevo duro?.
Pues incluso con algo tan sencillo podemos preparar un plato delicioso.
Hace muchos años leí esta receta en una revista... no puedo acordarme ni siquiera del nombre de la revista, pero me la apunté rápidamente. Yo soy de las que va apuntando recetas por dondequiera que pasa... e incluso las arranco de las revistas directamente, y las voy guardando por los libros de cocina... Ésta la anoté, por eso no tengo forma de averiguar su procedencia.
Y me ha sacado de apuros en más de una ocasión, porque es un plato muy fácil de hacer, y con ingredientes que normalmente siempre tenemos en casa.
Probadlo: os sorprenderá lo rico que está.

INGREDIENTES:
(Para 4 personas)
5-6 huevos
5 tomates maduros
Sal
Pimienta
Albahaca
Orégano
Salsa bechamel (yo la hago como explico aquí, pero cada uno que la haga como tenga por costumbre. Debe quedar con un espesor medio, no tan densa como la que utilizamos para hacer croquetas, por ejemplo)
Queso rallado para gratinar

PREPARACIÓN:
Cocemos los huevos. Los pelamos, y los cortamos en rodajitas.

Mientras se cuecen los huevos, rallamos el tomate, lo salpimentamos y lo ponemos en un colador para que escurra el exceso de líquido.

Colocamos las rodajitas de huevo en una fuente de horno.

Las cubrimos con el tomate, al que añadiremos orégano y albahaca al gusto.

(No, la foto no está oscura ni retocada: es que mezclé tomates "normales" con kumato, de ahí el color...)
Preparamos la bechamel, y cubrimos la fuente con la salsa. Espolvoreamos con queso rallado que funda bien (a nuestro gusto).

Metemos al horno precalentado a 220º unos 10-15 minutos, hasta que se funda el queso y se dore la superficie (los últimos minutos podemos poner solamente el gratinador).

Esperamos unos minutos antes de servirlo (porque si no, con el tomate nos podemos abrasar), ¡y a comer!.

Espero que os guste.